En fase de prueba final se encuentra una innovación que dará mucho de que hablar. Se trata de un mecanismo de generación de energía a partir de actividad sexual desarrollado por dos estudiantes de ingeniería de la Universidad de los Andes para el complejo de vivienda universitaria de esta institución, la torre Séneca ubicada en pleno centro de Bogotá.
«Es el primero de muchos aportes que nuestra comunidad hará a la sociedad pensando en un futuro de cero emisiones y así poner nuestra gotica en el gran barril de los esfuerzos por detener el calentamiento global», afirmó el nuevo rector de la Universidad, Alejandro Gaviria.
«Se trata de una manta con libidoceldas que vamos a poner a manera de cobertura protectora de los colchones. Cuando encima de ellos se registra algún tipo de actividad de índole sexual-genital se activan las celdas y comienzan a captar la energía erótica que expelen los cuerpos, usualmente en estado de excitación», explica Felipe Rojas-Van Doven, uno de los responsables de este desarrollo que ya empieza a generar polémica.
«Pensamos en implementarlo primero en un lugar así porque, bueno, ustedes saben, son jóvenes, están lejos de casa quieren devorarse el mundo y suelen comenzar por sus parejas», complementa Max Torres, el socio de Rojas-Van Doven en el proyecto.
La fase piloto de la iniciativa funcionará con el sistema de incentivos grupales. El conjunto de los residentes deberá lograr generar una determinada cantidad de kilovatios para evitar una conexión a la red de Codensa que acarrearía un aumento sensible en la cuota de administración. «Para evitar externalidades negativas, hemos sido claro que por cada embarazo habrá una penalidad fuerte, de varios kilovatios».
«Hemos habilitado también un margen, previo a la meta, en el que las libidoceldas serán receptivas a la energía del autoplacer, pero solo cuando se esté cerca de la meta», añadió Rojas. «De lo contrario sería muy fácil hacer trampa y esto choca de frente contra nuestros valores institucionales, sobre todo el de la integridad».
Pero así como esta tecnología está en capacidad de convertir impulsos eróticos en energía eléctrica con asombrosa facilidad, también es altamente susceptible de captar energía oscura que descargue de manera fulminante las baterías de acumulación. «Hemos sido muy claros con los jóvenes en que eviten lo que ellos llaman ‘friendzoneadas’ sobre los colchones. También que si van a oír ‘La hora de la verdad’ lo hagan debidamente sentados en la silla del escritorio de dotación».