La muy esperada decisión respecto al destino que tendrán los cerca de 1.200.000 votos que logró el excandidato a la presidencia, Germán Vargas Lleras, el pasado domingo dejó perplejos a todos. Tanto uribistas como petristas llegaron a ilusionarse con un respaldo que, aunque ínfimo, podría haber sido decisivo en una contienda tan apretada como la que tendrá lugar el próximo 17 de junio.
«Esto acá se va a calentar feo. Sea con los fachos o con los mamertos yo aquí no veo futuro de nada. Así que decidí pedirle a mi abuelo que me aconsejara y gracias a Dios anoche en un sueño fue claro: no Germán, lleváte esos voticos para Miami, ponlos a salvo porque ese país se va a incendiar».
Según fue posible establecer por fuentes cercanas al excuasipresidente, la idea que tiene es ponerlos a rentar para que sean el cace de la aspiración de su hija Clemencia de controlar muy pronto el Ministerio de Cultura, ArtBo, el Cerlalc, el Museo del Caribe, las ruinas del Festival Iberoamericano de Teatro, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, el Museo de Antioquia y el de Arte Moderno de Medellín, el Hay Festival y la subdirección de proyectos especiales del teatro experimental La Mamma.