Un proyecto de ley busca combatir una de las costumbres que que más conflictos de pareja genera en la actualidad. La propuesta, que ya cursa en el Congreso, establece penas que van desde severas multas a integrantes de parejas que se adelanten en el disfrute de series de Netflix a escondidas, hasta admitirla como causal de divorcio.
La norma es clara en que este comportamiento «constituye un acto de evidente traición que erosiona irremediablemente las bases de confianza sobre las que se debe levantar cualquier sociedad conyugal». De ahí que pretenda elevar esta conducta al mismo nivel de otras tan graves como la infidelidad o dejar la toalla mojada sobre la cama por parte de los varones.
Sicólogos y notarios coinciden en que desde hace unos cinco años, momento en el que irrumpieron con fuerza estas y otras plataformas de video por demanda, la cantidad de rupturas conyugales por esta causa no para de crecer. La idea es que esta ley traiga un alivio a estos profesionales y y a estos guardianes de la fe pública.
Y es que se sabe que no son pocos los casos en los que el infractor oculta que ya se vio la serie completa, llegando al extremo de repetirla con su pareja en completo silencio. Otros, llevados por la paranoia, son capaces de abrir una cuenta paralela de Netflix para evitar modificar el historial.
Por último, hay que decir que la norma fija un procedimiento exprés en el marco del cual basta dos capturas de pantalla comparativas como prueba reina.