Un nuevo monumento sorprendió esta mañana a los cartageneros, sólo que esta vez no fue dedicado a ningún pirata inglés o a una celebridad mundial, sino a la muy célebre marea del siglo que golpeará las costas colombianas del Mar Caribe este fin de semana.
Las autoridades de la ciudad acogieron con agrado la propuesta del exministro Sabas Pretelt de hacerle un homenaje a la marea «para que se lleve una buena impresión de la ciudad y ayude a mejorar la imagen del país en el exterior cuando se vaya.»
El monumento, que tuvo un costo de 600 millones de pesos, más comisión de adjudicación, fue elaborado en cemento y tiene una altura de 2 metros, con una placa conmemorativa en su base que dice: «A la marea del siglo, visitante ilustre y embajadora honoraria de esta ciudad en el exterior».
El Alcalde Dionisio Velez y el exministro Sabas Pretelt explican el alcance de la obra:
«La marea del siglo sólo viene una vez cada siglo, como su nombre lo dice, por eso hemos decidido en compañía del doctor Pretelt hacer esta estuatua o menumento (sic) para homenajearla y para que hable bien del país y de la ciudad cuando se vaya para otras latitudes», anota Vélez, a lo que el exministro complementa:
«Ya tenemos listo un banquete en honor a esta visita, la placa conmemorativa será develada en su presencia y en ambos eventos ya estoy matriculado. Espero no perderme ni medio trago de whisky (risas). No, ya en serio, hay que pensar en grande. Si la marea del siglo se lleva una buena impresión del país, se lo dirá a sus familiares y amigos que también nos visitarán, y quién quita, a lo mejor cuando vuelva dentro de 100 años nos traiga chocolatinas americanas o un buen trago del duty free. Después de este monumento, no es algo descabellado.»
Autoridades de la Región Caribe y medios de comunicación han sido invitados a la velada de recibimiento que se llevará a cabo en el centro de convenciones y será organizado por Adriana Satizabal, gurú de los eventos del jet set nacional. La agenda también incluye concierto obligatorio de Carlos Vives, fiesta de pareos con Lolo Sudarsky, montada en el ascensor dorado de la casa de Carlos Mattos, cena con Juan Del Mar y visita a las locaciones de la película «La misión».
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