Tras una sumatoria de consultorías en comunicaciones e imagen que coincidieron en el grave daño que a la imagen de esta administración le está causando el ‘tonito’ de Enrique Peñalosa, su equipo de gobierno decidió adquirir, vía contratación directa, uno nuevo.
Una fuente del Palacio Liévano que pidió reserva de su identidad, explica: «El nuevo tono del alcalde viene con efecto desturbeculizador, es decir, sin modo ‘papa en boca’, que sin duda lo perjudica cada vez más. Nos garantizan así mismo los proveedores, una reducción de hasta el 40% en anglicismos, y del 60% en uso de conceptos y palabras sensibles y mataencuestas como ‘potreros’, ‘sexy’, ‘ratas’, ‘orines’. La característica de restringir frases, que pensábamos usarla para ‘es más barato y cumple la misma función’ implicaba adquirir una versión premium a la que no podemos acceder dado que estamos en tiempos de austeridad».
Lo que sí garantiza el producto es un dispositivo de autorregulación de grandilocuencia así como de filtro de adjetivos. De esta forma los tradicionales, ‘grandioso’, ‘colosal’, ‘fantástico’, ‘histórico’ y ‘fabuloso’ del discurso de Peñalosa es probable que desaparezcan o por lo menos que se reduzcan a su mínima expresión.
De la misma forma, los adjetivos ‘elevado’, ‘urbanizado’, ‘bolardizado’ y ‘reparchado’ quedan suspendidos en esta nueva versión del tono del burgomaestre, por lo cual, los bogotanos tendrán que buscar nuevas palabras dentro de este nuevo tonito para indignarse.
«Por supuesto, esto no significa que no se vaya a urbanizar la reserva Van Der Hammen, o que el metro vaya a seguir los estudios originales, sino que simplemente las palabras asociadas a estos proyectos van a cambiar, y los bogotanos verán con agrado que ahora los malos proyectos vienen con buenas palabras», manifestó una fuente de una de las empresas de consultoría.