Muy molestos se mostraron esta mañana representantes de diferentes colectivos animalistas que se dieron cita en el parque de los hippies de Bogotá con el fin de «elevar una petición pública a todos los actores y actrices del debate por la paz para que supriman de una buena vez de su vocabulario la odiosa expresión ‘tragar sapos'».
«Es un recurso absolutamente innecesario que victimiza a los sapitos y sapitas colombianos y colombianas», aseguró Mireya del Sol, del colectivo Kuriakis de Villavicencio. «Me pregunto qué mal le han hecho los sapos al país para que ahora ellos salgan como las únicas víctimas de la paz», aseguró desconociendo el desempleo que ya campea entre los llamados pazólogos.
«Esto viene de atrás, esta es una sociedad que se ha ensañado con sus sapos, que los ha satanizado y excluido sistemáticamente injustamente. Desde hace décadas se le llama sapo a todo aquel que quiere introducirse a la brava a un ecosistema en el que no pertenece. Qué ironía, todo lo contrario de los sapitos y sapitas que encajan a la perfección en sus ecosistemas», añadió Humus Mogollón del colectivo Barro de vida de San Gil, Santander.
En un comunicado conjunto aluden a la programación neurolingüistica. «El consumo de ancas de ranas se disparó en los últimos cuatro años dando pie a dinámicas de caza indiscriminada que ya obligaron a incluir a por lo menos 34 especies en la lista de las que se encuentran en serio riesgo de extinción».
«Si seguimos acostumbrando a nuestros hijos a este lenguaje agresivo con los animales no puede haber paz. La expresión que hoy nos convoca naturaliza la barbarie y es una puerta de entrada a otras que ya se asoman como ‘desplumar un cóndor’ o ‘cabrear una danta'».
La misiva cierra con una invitación a participar en un evento de desagravio colectivo el próximo 5 de noviembre a las 12:00 PM. Ese día a esa hora, miles de colombianos besarán sapos en desagravio y por una paz amplia con reconocimiento de las nuevas ciudadanías animales.