Una curiosa petición elevaron hoy al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro las academias colombianas de Arquitectura y Diseño Gráfico en una carta conjunta.
Solicitan en la misiva “impedir cualquier tipo de intervención, obra o arreglo leve en la carrera séptima en consideración de las miles de familias que dependen de los profesionales de ambas ramas”. La explicación de esta peculiar postura pasa porque esta vía ha sido la gran fuente de empleo de los expertos en elaboración de “renders” o proyecciones digitales en tercera dimensión que le sirven a la gente para ver cuál será el aspecto final de una obra pública y, sobre todo, a los gobernantes para cautivar importantes caudales electorales entre los incautos, locos y soñadores.
Esta postura coincide con la intención de Corposéptima entidad que representa a los residentes de zonas aledañas a la arteria de pedirle al libro Guinness de los récords reconozca cuanto antes la avenida como “la más renderizada del mundo”. Y es que en un lapso de apenas seis años, no menos de diez ambiciosos proyectos para mejorar su semblante y con su respectivo soporte gráfico se han anunciado con toda la pompa del caso.
En la carta, por último, se advierte que de cortar con esta fuente de ingresos, el impacto sobre la economía del país sería mucho más fuerte que el eventual crecimiento que traería llevar a cabo alguna de estas obras. Sugieren continuar con el promedio de un render cada seis meses y sacarle más bien provecho a la séptima de formas innovadoras, sostenibles y con vocación ambiental, como explorando las facultades medicinales de su cada vez más penetrante olor a orines.
Una vez conoció la petición, el alcalde Gustavo Petro la desestimó no sin antes calificarla como una jugada para desprestigiarlo de una poderosa mafia fascissta conformada por dueños de papelerías con plotter y desarrolladores de Autocad.
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