El Ministerio de Salud alerta sobre un inesperado aumento de los casos de Penis Captivus, término médico para designar el fenómeno de las parejas que no pueden separarse luego del coito, especialmente por desobedecer el mandato de abstinencia de la iglesia católica para los días santos.
“El índice de este fenómeno venía en descenso en la última década, pero este año el reporte de la red hospitalaria nacional nos informa de un preocupante aumento”, declaró Lastenia Rojas, del departamento de emergencias sexuales del Ministerio de Salud.
Sumados los reportes del jueves y viernes santo, 35 parejas se han acercado con mucha dificultad a las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS), siendo el departamento del Meta el que más reportes ha hecho de este peculiar fenómeno, con 8 casos. “La región de los Llanos Orientales es conocida por los casos de priapismo y otras emergencias sexuales. Sabemos que muy pocas personas reciben atención, sobre todo por vergüenza y miedo a ser señalados por retar los mandatos divinos. La cifra real puede ser cinco veces mayor”.
Aún no se conoce la razón por la que los enamorados sufren de esta extraña dolencia, o si el padecimiento corresponde al varón o a la hembra. Lo que se sospecha es que hay un fuerte componente sicológico, pues es un mal que sólo afecta a los católicos.
La iglesia pide a los feligreses controlar sus apetitos, pues ese es el espíritu de la Semana Mayor. “La semana de pasión es para todo menos para eso. Los creyentes debemos ser capaces de controlar los instintos primarios y dedicar esas energías a la oración. No hay que olvidar que el Espíritu Santo nos observa las 24 horas del día y siempre está muy atento a las parejas propensas al pecado”, dijo el obispo Carlos Mario Pacheco.