Con esta polémica respuesta el máximo jerarca del fútbol mundial le salió al paso a la pregunta formulada por un reportero a la salida del Arena Corinthians, escenario del partido inaugural de la Copa del Mundo en el que el equipo local derrotó a Croacia 3-1 en medio de una polémica actuación del árbitro, el colegiado japonés Yuichi Nishimura. Los analistas coinciden en que el juez falló al otorgarle al equipo de Luiz Felipe Scolari un tiro penal convertido por Neymar que sirvió para desequilibrar un encuentro que lucía muy apretado y sin un dominador claro.
«Quiero dar por clausurado el tema: en la FIFA siempre hemos respaldado al país anfitrión en retribución por todos sus esfuerzos para alojar un evento de esta magnitud y por los reclamos de unos pocos no vamos a cortar de tajo con una tradición de décadas. Parte del encanto de este deporte son justamente esas tradiciones que sobreviven a través de los años en un mundo cada vez más cambiante, no esperen de la FIFA posturas iconoclastas que desconozcan un bagaje y unos valores que han sobrevivido a guerras y revoluciones», añadió la cabeza del ente rector del balompié mundial, visiblemente alterado.
Como es natural, la declaración ha generado preocupación, sobre todo en los seleccionados mexicano y japonés, próximos rivales de la «Canarinha» que busca obtener en casa su sexto título mundial.
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