Crece el rechazo entre los jóvenes que se alistan para recibir su diploma de bachilleres a usar la tradicional toga propia de la ceremonia de graduación.
Una petición en change.org toma vuelo y pide que al menos por este año, el Ministerio de Educación prohíba su utilización. «Hasta el birrete vaya y venga. Pero la toga si no, nuestros muchachos son jóvenes, idealistas, sanos, llenos de vida y ganas de devorar el mundo. Obligarlos a cruzar este umbral vestidos como Ricaurte o Malo es perratearles infamemente su futuro», aseguró uno de los padres promotores de la iniciativa. «Más bonito una ruanita, hasta una capa de tuna o un pareo para ellas, ¿qué tal una manta wayuu?»
Y es que ajenos la mayoría a los avatares de la agitada vida nacional, ha ocurrido que muchos de ellos en los ensayos de las ceremonias han dicho ‘sentirse sucios y sucias’ al utilizar la prenda sin saber muy bien por qué. Luego, cuando se les explica que esa es la vestimenta que usan los magistrados que ahora meten a la cárcel han atado cabos, procediendo la mayoría a quitársela con visible actitud de repudio.
Así mismo, ya se han registrado incluso casos de intento de quema, así como tres episodios de párrocos allegados a las familias de los graduandos asperjando agua bendita sobre la prenda.
Con la colaboración de Anuar Barboza.