Al resolver en última instancia una tutela interpuesta por el Centro Democrático, la Corte Constitucional amparó el derecho al trabajo del expresidente Álvaro Uribe Vélez y, de paso, sentó una polémica postura frente a los diálogos de paz.
Asegura la providencia que el derecho al trabajo prevalece sobre el derecho a la paz. En esa medida el Gobierno no podrá firmar acuerdos que a la postre limiten la posibilidad de que colombianos trabajen, entre ellos el polémico exmandatario y caballista.
«Ya lo dijo el tribunal cuando amparó el derecho al trabajo de los conductores de servicio público con deudas por no pago de sanciones pecuniarias: el derecho a laborar y así proveer sustento a quienes dependen del ciudadano prevalece sobre otros tales como el derecho a la vida o, en este caso, el derecho a una convivencia pacífica, que para efectos de la cruda realidad del país debe ubicarse en un plano secundario, dicho coloquialmente ‘primero la papita'», se lee en el fallo.
«El ciudadano Uribe demostró satisfactoriamente que sin el conflicto armado le resultaría imposible acceder a un ingreso que le permita satisfacer sus necesidades mínimas así como las de su familia y sus caballares; su situación, más allá de la paradoja, es la misma de otras personas que, como los expertos en resolución de conflictos o los analistas de los medios, también han construido un legítimo modus vivendi en torno a la pugna entre rebeldes e instituciones», dice después.
Esta jurisprudencia sin duda será decisiva llegado el momento de que los acuerdos de La Habana pasen por el tamiz del alto tribunal. Conviene recordar, por último, que Uribe ya puso como única exigencia para respaldar los diálogos el que se le garantice que quedará «por lo menos una guerrillita» en funcionamiento.