El Ministerio de Salud atendiendo una petición de la Organización Mundial de la Salud acaba de tomar la decisión de declarar en cuarentena la sede del Legislativo. El motivo es la revelación de un estudio que confirma la existencia del “virus de la estupidez».
«Era una línea de investigación en la que veníamos trabajando, pero nos faltaba evidencia. Menos mal los colegas de Nebraska, que si cuentan con recursos y apoyo estatal, se nos adelantaron y pudieron probar plenamente su existencia y nivel de amenaza», afirma Elías Char, médico epidemiólogo de la Universidad Nacional asignado al Capitolio.
«Debemos proceder con esta medida preventiva pues hay indicios suficientes de que aquí puede haber un ‘paciente cero’ y más cuando las vacunas que ya habíamos pedido a Suiza manera de prevención se embolataron en una bodega de la DIAN», añadió. Mientras se establece el protocolo a seguir a esta hora se despachan hacia el lugar crucigramas, sopas de letras y juegos didácticos para hacer las primeras pruebas y descartar posibles contagiados.
Como era de esperarse, muchos de los congresistas muestran descontento y temor ante el impasse mientras otros ya empiezan a ser aislados por presentar síntomas que serían indicios de que serían portadores del virus, se trata de aquellos que aseguran que esto es una jugada del «castrochavismo» para callarlos.
Se conoció igualmente que el científico y figura del jet-set local, Manuel Elkin Patarroyo ya venía desarrollando su propia vacuna contra esta enfermedad. Se supo que en una fase de prueba se la inoculó a unos macacos del Amazonas que inmediatamente reaccionaron sintonizando La Voz Kids.
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