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Leudo
«Pásame el balance contable de 2013», parece decir Leudo.

Ante la intempestiva renuncia de Juan Carlos Saldarriaga producida ayer, el club embajador anunció hoy que mientras se reúne la Junta Directiva y tiene lugar el proceso de selección de la nueva cabeza administrativa de la institución el cargo será desempeñado por el jugador Dahwling Leudo.

«Desde el momento mismo en que llegó, si algo ha caracterizado a Dahwling es su vocación de servicio. Como la afición lo ha podido constatar, ha estado disponible para desempeñar cualquier función que el cuerpo técnico le encomiende, siempre con la mejor disposición», reza el comunicado divulgado esta mañana.

Y no se equivoca el texto. En efecto, desde que arribó a Millonarios a comienzos de 2013, el chocoano se ha caracterizado por sacar de apuros primero a Hernán Torres y ahora al español Juan Manuel Lillo, mostrándose siempre dispuesto a ocupar posiciones que no son la suya.

«Es un jugador polifuncional, llevando esta palabra al extremo: es decir,  en la cancha y fuera de ella. En los asados él es el parrillero, en los bautizos de hijos de miembros del plantel él pone la música y llama al correo de la noche, cuando en la sede administrativa se acaban los palitos para revolver el tinto y él está por ahí, se le manda a comprar y va feliz», aseguró una fuente de la entraña albiazul.

«Es por pocos días, no creo que le cueste, igual, Saldarriaga no venía haciendo gran cosa. Ahí está sentado, ya pagó Codensa por Internet, tocaba comprar unos legajadores y casi no lo convencemos de que se quedara y mandar al mensajero, insistía en ir él. Ahora al mediodía tiene una reunión en Dimayor, pero eso es solo tomar tinto y echar chistes, él lo hace bien».

Dada la incertidumbre que ronda por estos días al equipo bogotano resultado de una voraz pugna interna entre sus máximos accionistas Juan Carlos Ortíz y Gustavo Serpa, es muy probable que la «palomita» del jugador se prolongue. «Estaríamos innovando y eso está bien, en Azul y Blanco estamos comprometidos con la innovación. Yo no le pondría mucho misterio, miren al Chicó, donde Pimentel es técnico-presidente-mensajero y, dicen, no nos consta, hasta kinesiólogo. Estaríamos dando ejemplo de optimización del recurso humano. Claro, debe ser gradual y con los pies sobre la tierra, tampoco se trata de poner ahora a Dayro de gerente de recursos humanos, todo tiene límites», concluyó la fuente dejando entrever una sonrisa.

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