Publicado el por en Bogotá, Política.

Un detalle entre anecdótico y revelador tuvo la expedición hoy del esperado decreto con el que el gobierno busca regular el servicio de taxis de lujo en el país. Y es que la primera versión del mismo llegó al escritorio del presidente, Juan Manuel Santos, impresa en papelería con el membrete de Taxis Libres, empresa del Ministro de Transporte de facto, Uldarico Peña.

«Casi se nos pasa, ni el presidente la vio, o si la vio pues le pareció normal, ya que los de regulación ambiental de explotación minera venían también en hojas de Pacific y AngloGold. Bueno, en fin, el hecho es que fue el mismo don Uldarico el que lo notó cuando se lo pasaron, ya firmado por el ‘pre’, para que lo revisara y dijera si había algo que le molestara», comentó una fuente de Palacio.

«Lo que molestó a don Uldarico fue que él tiene todo lo que es la papelería contada, y ‘que aquí me pusieron a mí a gastar en papel y tinta cuando había quedado claro que yo solo ponía los abogados y el tinto de las reuniones'», añadió, por su parte, una fuente de la oficina del también llamado «zar de los amarillos».

La furia de Peña puso en calzas prietas al Vicepresidente y a la viceministra, Natalia Abello, quienes, para congraciarse con el poderoso empresario ordenaron suprimir el artículo que facultaba a la Policía de Carreteras para revisar cada 29 de febrero los taxímetros con el fin de verificar que estuvieran apropiadamente calibrados.

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