Un estudio contratado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia ha logrado demostrar que no es necesario poner el celular frente a la cara para hablar con alguien.
Una demostración hecha en público frente a varios medios de comunicación del país esta mañana comprobó que, contrario a la lógica de los colombianos, es posible ser escuchado con nitidez al otro lado de la línea manteniendo el celular en la oreja.
«No lo puedo creer, es como brujería», manifestó uno de los voluntarios que participaron en la prueba. «Me dijeron que hablara a un volumen normal y me aguantara las ganas de ponerme el celular en la boca. Increíblemente, me entendieron todo», dijo, en medio de la algarabía de los asistentes.
Al respecto, Alí Shawarma, representante de una de las compañías fabricantes de smartphones que patrocinó el estudio, expresó que Colombia, junto a Mongolia, son los dos únicos países donde la gente acostumbra usar el celular sin ponerlo en la oreja, lo que dificulta la comunicación: «Muchas veces las dos personas hablan sin darse cuenta de que el otro no los está oyendo, o muchas veces llevan 20 minutos hablando solos, pues el interlocutor ha colgado hace rato. Es parte de una cultura donde es más importante ser escuchado que escuchar».
Aunque la demostración fue contundente en sus resultados, hay pocas esperanzas de que haya un cambio inmediato. Sin ir más lejos, en 2007 se presentó el estudio «La silla caliente del bus no contagia enfermedades», con un costo de 1.350 millones de pesos, que no logró ningún cambio en la cultura ciudadana.