Publicado el por en Ciencia, Política, Salud y bienestar.

Según un estudio realizado por investigadores del Programa de Identificación y Control de Enfermedades Conservadoras, un mosquito, al parecer proveniente de Envigado, Antioquia, y primo del aedes aegypti, estaría  inoculando un  peligroso virus  que ataca principalmente a la población masculina mayor o cercana a los 60 años.

Lina Cardona, médica epidemióloga de la Universidad del Valle y coordinadora de la investigación,  sostiene  que una vez instalado el virus en el organismo, este cambia los  glóbulos rojos por glóbulos azules, incluso negros, y, además,  ataca con virulencia las  neuronas del  lado izquierdo del cerebro, Esto hace que los enfermos olviden todo lo relacionado con su militancia o simpatía con  dicho costado.

Del mismo modo, se pudo establecer que un signo clínico predominante que permite confirmar que el virus está ya en un estado avanzado es  una evidente alteración en  expresión facial por una mucho más tosca y amenazante. A esto se le  conoce como el “Síndrome Falcioni” o “falcionitis”,   y ya tendría totalmente invadido a reconocidas figuras de la talla de Jaime Castro y Alfredo Rangel.

“Esto no se trata de que tal persona se volvió un viejo godo y jodón, no señor,  se trata de un virus que le puede entrar a cualquiera, su padre, su abuelo, cualquiera. Solo acuérdese de cómo era Jaime Castro y véalo ahora. Esos gruñidos que suelta es porque ya no tiene reversa.  Ha sido muy duro para su familia verlo así.” Asegura la doctora.

Otras víctimas del virus que también se encontrarían  en estado terminal serían Everth Bustamante y el reconocido caricaturista Osuna. Aún no  se ha podido establecer si el Senador Robledo lo tiene ya que sus síntomas, aunque característicos de la enfermedad, resultan  muy complejos.

Hasta ahora no existe vacuna ni cura. Sin embargo, un grupo de investigadores le ha venido haciendo seguimiento a  un  individuo cuyo nombre se mantiene en reserva que  al parecer nació con el virus en su etapa más agresiva. La idea es que, del mismo modo que funcionan los antídotos contra las mordidas de víbora, quizás del mismo veneno que destila este sujeto se pueda extraer una cura.  Lastimosamente al solicitarle ayuda (se le denominó sujeto 001)  su respuesta sistemática ha sido: “siguiente pregunta hijita”.

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