A un sorprendente hallazgo llegaron científicos de la Universidad de Nevada, Estados Unidos, esta semana. Luego de varios años de investigación rigurosa de los componentes del aire que a diario respiramos pudieron establecer que la unión de los átomos de hidrógeno que componen una molécula de oxígeno es posible gracias a la presencia de una «cantidad significativa de gluten».
El descubrimiento ha causado enorme impacto entre quienes promueven estilos de vida sanos y una alimentación saludable basada en dietas libres de esta componente. Como un auténtico baño de agua -mineral- fría fue recibida la noticia en ciudades como Nueva York, Amsterdam, Lhasa, Boston, San Francisco, la localidad de Teusaquillo y el municipio de Choachí en Colombia. Todos estos lugares son reconocidos por haber desarrollado toda una cultura del no gluten.
El impacto ha llegado al punto que comunidades naturistas han dicho que prefieren dejar de inhalar oxígeno «antes que permitir el ingreso a su cuerpo físico y astral de tan malévolo agente de las tinieblas». Otros, más moderados, han descargado una aplicación que les permite reducir hasta en un 30% la cantidad de inhalaciones diarias. Quienes la llevan en su teléfono inteligente se pueden identificar por el característico morado en sus labios.
El reto ahora para quienes luchan contra esta glicoproteína es recuperar conocimientos ancestrales de las comunidades prehispánicas que, según ha trascendido, habrían desarrollado su propia tecnología para remover el gluten del aire. Gracias a esto, a que respiraban aire verdaderamente puro, fue que lograron desarrollar una mayor conciencia de sí mismos, ser más creativos, vivir en comunión con su niño interior, constituirse en guardianes de la naturaleza y permanecer en constante armonía con la Pachamama.
Debe estar conectado para enviar un comentario.