Muy sorprendido se mostró el Alcalde Gustavo Petro al enterarse de que no sería invitado a la inauguración del tranvía de Ayacucho en Medellín el próximo 20 de octubre. La sorpresa radica en que la construcción de un tranvía fue una de sus promesas de campaña para la alcaldía de Bogotá.
En medio de la sorpresa y con molestia evidente, el burgomaestre declaró: “No entiendo la decisión de Aníbal Gaviria de no invitar a Petro a la inauguración del tranvía de la Bogotá Humana. Al parecer no entiende que esta trasciende las fronteras administrativas y el regionalismo entre paisas y bogotanos, y, sobre todo, que la construcción de un tranvía en cualquier lugar del país, es un triunfo del progresismo sobre las mafias. Estamos ante una solución definitiva, sostenible y punta de lanza contra el cambio climático para la movilidad bogotana en la medida en que todos los bogotanos que vayan a conocerlo dejarán de sacar su carro y eso sin duda aliviará el trancón fascista”.
No sorprende la posición del Alcalde, que en reiteradas ocasiones ha hecho referencia al carácter nacional del movimiento progresista y seguramente será, desde el primero de enero, uno de los precandidatos a la presidencia de la república, por lo que de antemano se puede asumir que de lograr la presidencia, querrá ser invitado a las inauguraciones de infraestructura en el resto de Latinoamérica, por ejemplo la segunda línea del metro de Lima y cómo no, el Canal de Nicaragua, liderado por su excolega Daniel Ortega. De estas dos ya ha dicho que se están llevando a cabo “gracias a la Bogotá Humana”.
Aprovechando la coyuntura de la inauguración, el candidato a la Alcaldía de Bogotá Enrique Peñalosa declaró que aunque no tenía lista la propuesta del tranvía para Bogotá no le tomaría a su equipo más de dos o tres horas hacer unas renders divinos (sic). Finalmente, Clara López se solidarizó con el actual alcalde. “Eso fijo es que ese tranvía lo hicieron en la fábrica del abuelo de Peñalosa”, conjeturó.
Mosquetero, corresponsal.