El alboroto que produjo el reinado «Miss Tanguita» que tuvo lugar el pasado puente festivo en Barbosa, Santander, no deja de tener repercusiones. La más reciente fue la decisión de los organizadores de un evento similar, «Miss Fritanguita» en Tundama, Boyacá, de cancelar la XXXI edición del concurso prevista para el próximo fin de semana.
Este reinado reúne niñas de 8 a 12 años que compiten por el honor de ser la que más papa criolla, longaniza, morcilla, vísceras y asadura pueda ingerir en diferentes contextos y condiciones.
«Esto es absolutamente degradante, no solo genera malos hábitos de alimentación en las niñas que conllevan serios daños en arterias y colon sino que promueve patrones de desenfreno que definitivamente son incompatibles y nocivos para las menores», comentó la delegada de alimentación para la infancia (e) del ICBF Milena Murillo.
«Mira, ningún extremo es bueno. Ni el de la mujer perfecta 90-60-90 que nos quieren meter a como de lugar, pero tampoco el de la que se entrega a una obesidad que incide directamente sobre su calidad de vida y genera obstrucciones irreversibles en sus chakras», añadió Luz Vital, del Centro Pránico para la Infancia y la Adolescencia.
Y es que el certamen incluye pruebas como devorar una olla de papa criolla con ají, la milla de longaniza y la competencia por el honor de ser la «Baby refajo» del año, honor que ostenta la que más litros de este tradicional menjurje pueda beber.
En las más de 30 ediciones del evento, declarado patrimonio inmaterial del departamento en 2003 gracias a una gestión del entonces mandatario departamental, Miguel Ángel Bermúdez, solo se han presentado casos aislados de parálisis facial, problemas coronarios y alucinaciones por aumento súbito de lipoproteínas en el torrente sanguíneo.
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