Publicado el por en Política.

En un momento decisivo para el avance del referendo en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, algunos promotores de esta iniciativa recurren a estrategias nunca antes vistas para lograr el apoyo popular.

En redes sociales, algunas personas denunciaron que en las recientes marchas en pro de las familias conformadas por hombre y mujer se han visto niños cargando pancartas y gritando arengas en contra de la comunidad lgbti.

Eduardo Bernal, presidente de la asociación Amor al Prójimo y uno de los promotores con más influencia dentro de las iglesias cristianas, aclaró que no son niños, sino personas pequeñas contratadas por la campaña: «Como defensores de los niños queremos mandar un mensaje pedagógico, amoroso y tolerante en contra de esos homodesviados. Las marchas son una actividad peligrosa y pesada, por eso no contratamos niños de verdad, sino que disfrazamos enanos. Hacen lo mismo y son más baratos».

Ricardo Rocha, una de las personas en condición de extremidades cortas, contratado para cargar pancartas de medio pliego en las marchas, comenta en qué consiste su labor: «Este trabajo es fácil porque no hay que pensar. Solo nos vestimos de niño y repetimos lo que la doctora Viviane diga y unos salmos que nos enseñaron a memorizar. Se gana buena plata con esto».

El año pasado, estudios de mercado lograron determinar que el uso de una imagen infantil llorando y gritando «quiero un papito y una mamita» aumentó el número de firmas recogidas para el referendo en un 54%.

De aprobarse el referendo, solo podrán adoptar parejas conformadas por un hombre y una mujer, para lo cual se verificará el sexo de los padres con exámenes visuales y de laboratorio. Hombres con voz delgada o mujeres con bigote se pondrán al final de la lista de espera.

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