La investigación la adelantó la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Antioquia y concluyó que esta popular fragancia posee un componente “que tiene la capacidad de inhibir tanto la producción de testosterona en el varón como la emisión de ferormonas de los genitales femeninos”.
Se trata de un tipo de glicerina de origen tailandés que, por razones todavía desconocidas para los investigadores, tiene un alto poder inhibidor de ambos procesos, vitales en el cortejo previo al coito, según se lee en el artículo que revela los resultados del trabajo científico.
La inquietud inicial surgió de una observación etnográfica de un estudiante la cual le permitió concluir que sus compañeras que usaban dicho producto no tenían buenos resultados en sus empresas nocturnas de conquista y que las pocas que conseguían procurarse varón solían mostrar altos grados de decepción llegada la hora de cruzar el umbral de la intimidad.
“A las jóvenes el llamado es a regresar a lo natural. La madre naturaleza es sabia y no hay ninguna necesidad de apoyarse en sustancias de dudoso origen para llamar la atención de los muchachos, menos cuando el cuerpo de manera natural ya produce unas que han demostrado su efectividad a lo largo de los siglos, no de otra forma se explica el grave problema de sobrepoblación que hoy afronta nuestro planeta”, afirma el profesor Crisanto Cuartas, director del proyecto. Este académico es conocido también por el estudio que derrumbó el mito que por décadas se construyó en torno al Bórax como poderoso agente afrodisíaco.
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