Publicado el por en Economía.

No para la creatividad al servicio de la financiación del presupuesto nacional para el año que viene. Tras anunciar la venta de activos estatales para el financiamiento del gasto corriente de la nación, el ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, sorprendió hoy con la noticia de que Colombia pondrá en el mercado cinco días festivos, correspondientes a los otrora llamados ‘puentes Emiliani’ (apellido del congresista que impulsó la ley que trasladó, para fomentar el turismo, al lunes inmediatamente siguiente la mayoría de feriados católicos).

«Son demasiados y atentan de frente contra la productividad nacional. Es eso o darnos la pela y vender a Carlos Vives.  Además: en tiempos de crisis es imposible salir a Anapoima con esos peajes tan caros y todo lo que por la disparada del dólar le han subido al bloqueador y a las salsas boloñesas de tarros que mi mujer lleva para el desvare: están impagables, ya ni en el D1 o en el Ara se consiguen baratas», acotó el funcionario.

«Es lo que se tiene que hacer: tenemos unos puentes que nos sobran, que nos impiden el crecimiento, que aportan toneladas de gases efecto invernadero por cuenta de los trancones del regreso  y estamos necesitando días hábiles Es un gana-gana. Se los vendemos a países que de verdad los necesiten y, sobre todo, que  los puedan disfrutar y nosotros recibimos con qué cuadrar caja. Ya luego si las cosas cambian en el futuro, nos enfilamos hacia el desarrollo y logramos matar culebras pues podríamos evaluar volverlos a comprar».

El funcionario insistió que el país necesita de festivos menos obsoletos, más acordes con la realidad actual. «Podemos pensar en días para celebrar a nuestros ídolos actuales, pero que no signifiquen dejar de ir a trabajar o a estudiar, una especie de festivos light o 2.0. Un día de Egan Bernal en el que todos vistamos de amarillo en la oficina, uno de Patarroyo en el que la gente vaya al Congreso a matar micos o uno de James en el que todos le peguemos un calvazo a un calvo».

La propuesta fue presentada junto con los resultados de una encuesta que demostró que para el 84.5% de los colombianos los lunes festivos solo sirven para postergar el síndrome del domingo por la tarde. Otro estudio demostró que estos mismos feriados generan un efecto desorientador que termina siendo fatal para millones de aves migratorias que varias veces al año surcan los cielos del país.

 

 

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