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"La gratuidad le da un sazón particular a la comida", aseguran los comensales colombianos de estos establecimientos.

Una polémica disposición estatal tiene molestos a los colombianos que residen y visitan la Florida. Se trata de de una norma que entró en vigencia ayer y que les prohíbe la entrada a restaurantes All you can eat muy populares en este estado.

La norma, según el gobernador Rick Scott, se sustenta en un estudio de la Universidad estatal que encontró que mientras los colombianos representan solo un 27% de la clientela, estos son responsables del consumo de 81% de las viandas.

«Nada justifica esto. De continuar admitiéndolos iríamos directo a la quiebra y es deber del estado proteger a los negocios que pagan impuestos», aseguró Bob Camacho, presidente de la asociación que reúne al 90% de estos establecimientos. «Le ofrecemos excusas desde ya a los colombianos que hacían buen uso de esta modalidad de alimentación y les pedimos que nos entiendan».

«Registramos todo tipo de excesos y modalidades de consumo abusivo. Hubo varios clientes que se mandaron a hacer una cirugía tipo bypass gástrico pero solo para compartimentar su intestino de tal forma que pudiera recibir más comida sin digerirla toda al tiempo, ellos venían una vez al mes a ‘cargarse’ y cuentan que el resto del mes no comían. Otros hacían la ‘romana’ e iban a vomitar a los baños y muchos también aturugaban a sus bebés para luego en la casa ponerlos a regurgitar y tener alimento para el mes. Registramos también tres casos de hamsters humanos, colombianos que se hicieron cirugía plástica en los cachetes para aumentar su capacidad de almacenamiento», explica Camacho, visiblemente molesto. «Tenemos el pleno respaldo de nuestro candidato Trump», añadió.

Ante los reclamos de las asociaciones de colombianos que habitan en esta parte de Estados Unidos -se calcula que 500 mil- la Cancillería anunció que emitirá mañana una nota de protesta por lo que considera una norma «evidentemente xenófoba y que no solo viola el derecho fundamental a la alimentación sino que desconoce y pisotea un pilar del patrimonio inmaterial del país como lo es la máxima de ‘a papaya servida, papaya partida'».

A la pregunta de si pedirán pasaporte a los comensales a la entrada, Camacho dijo que no era necesario. «Sabemos qué clientes son colombianos porque piden cambiar la sopa por huevo».

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