Tras el ultimátum que recibieran del presidente Juan Manuel Santos ayer sobre su seguro final en una tumba o en una cárcel si persisten en su decisión de no hacer parte del ingreso a la vida civil de las Farc, los máximos comandantes del frente I de esta organización le hicieron llegar hoy al Gobierno una particular exigencia.
Mediante un emisario le hicieron saber directamente al presidente que solo considerarían la posibilidad de dejar armas si el Estado les garantiza una actividad económica igual de lucrativa al narcotráfico y a la minería ilegal, que son las que hoy se dedican.
«Para ser concretos: piden el control de una olla en el Norte, cerca de la residencia de políticos, actores, empresarios -polémicos y convencionales- así como vacas sagradas y futuras promesas de la cultura, dicen que echaron cuentas y solo ese negocio les puede igualar las utilidades que hoy reciben. Como que no se bajan de ahí», aseguró una alta fuente gubernamental. «Están bien dateados, porque la petición viene georeferenciada. Hablan de la 116 con 19 o de la 86 con 14 como planes A y B», añade. «Y se ponen con detalles: exigen exclusividad en lo que es la distribución en colegios calendario B de la Uncoli, que se les garantice que ese segmento va a ser solo para ellos».
Hasta el momento no ha habido una respuesta del Ejecutivo a la singular petición. No obstante, se rumora que la contrapropuesta consistirá en el derecho a operar por 20 años una EPS. «Por estar en la selva no se han enterado que dan más plata que cualquier otro negocio», concluyó la fuente.