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Atónito y desconcertado quedó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras la virulenta manera como el vicepresidente colombiano, Germán Vargas, respondió a sus palabras altisonantes y frases amenazantes, ya tradicionales en el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Trump cumplía con una tradición de los presidentes del país del Norte consistente en hacer una ronda de llamadas a los vicepresidentes de los países latinoamericanos el segundo domingo de su mandato.

Al comunicarse con el colombiano, Trump le aseguró que si no reducía el área sembrada en coca y si no se daba un aumento de por lo menos el 70% en las incautaciones de la cocaína que desde suelo colombiano es enviada a su nación entonces no iba a a tener más remedio que ordenar sanciones contra el país, entre ellas la deportación de Juanes.

«Bobo marico, qué le pasa, ¿sabe con quién habla? ¿Sabe quién soy yo? Pendejo, payaso este, vaya a echarle laca al peluquín que yo estoy muy ocupado para andar parándole bolas, pelafustán», habrían sido, según fuentes de la Casa Blanca, las palabras del temperamental funcionario colombiano antes de cortar abruptamente la comunicación telefónica.

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