Ante la progresiva desindustrialización del país debido a que el gobierno centró todas sus expectativas en los hidrocarburos sin prever la caída, entre otros, del precio del petróleo, al parecer expertos del Ministerio de Hacienda han encontrado una posible salida a lo que sería una inminente crisis económica.
A partir de estudios realizados por firmas asesoras, contratadas en conjunto por dicha cartera, las de Comercio Exterior y Agricultura, se pudo concluir que, más que café, banano, sal, humo, jeans sin bolsillos, influenciadores, fotocopias y bultos llenos de felicidad, lo que más se estaría produciendo en el país desde hace mucho tiempo sería mala leche.
Para Fabio Orduz, director de la investigación, la gota que rebosó la copa, de mala leche, para tomar la decisión de exportarla, no fueron las marchas pasadas, sino el anuncio del fin de la guerra y el inicio de la campaña previa al plebiscito, ya que, por un lado, están aquellos que la destilan a raudales al desear fervientemente que las FARC den de baja, secuestren a alguien, o pongan una bomba, así sea de gasolina y así tener argumentos sólidos para que por fin se caiga el proceso de paz; y, por el otro, están los que la generan copiosamente al tratar de descerebrados, androides sin alma, y seres ignorantes, indignos de respirar aire sin gluten, a aquellos que han anunciado que van a votar por el no.
«Es tanta la producción que, incluso en eventos de unión y fraternidad como los pasados Juegos Olímpicos, donde si bien a Colombia le fue bastante bien, se vio cómo algunos narradores y comentaristas la segregaron en buenas cantidades al hacer fuerza, e invitar a la teleaudiencia a hacer lo mismo, para que a cualquier pesista, rival de un colombiano, le diera un ataque de amebas en el momento justo. Del mismo modo, días antes colaboraron con su gotita de mala leche los internautas que trataron a Nairo Quintana de indio segundón pecho frío, entre muchas otras cosas. Mención aparte merecen los taxistas y los analistas deportivos quienes desde ya afirman estar dispuestos a colaborar con cantinas llenas de mala leche premium, de las más excelsa calidad». Concluye Orduz
Con este panorama tan alentador, el gobierno ha hecho ya los contactos pertinentes con Parmalat para exportar los primeros 15 billones de galones que se tienen acumulados y, posteriormente, los 25.000 barriles que se producen por día en todo el país, incluso en los lugares más recónditos. Solo basta con que allí habite un colombiano sobrecargado del producto en cuestión.
“Es que mire lo siguiente: No más con la mala leche de las redes sociales se pueden hacer delicias exportables en cantidades industriales. Por ejemplo, en lugar de hacer queso de cabra hacemos cuajada de cabrón. Además desde su producción ya viene cortada y dañada en su punto exacto, se encuentra en todos los climas y no hay que hacer nada para sacarla, esa sale solita . Una mala leche asada le puede amargar el día a cualquiera. Usted se la puede ofrecer al vecino que le esté yendo bien en la vida, para que le deforeste la flora estomacal, le irrite el colón, y mil cosas más que solo la mala leche 100% colombiana puede hacer. Con el esfuerzo de todos los colombianos, le juro que dejamos las cifras de desempleo en cero”, sostuvo, emocionada, la Ministra de Comercio, Industria y Turismo.