Bashir, el elefante del circo italo-frances «Magie sacré» que se presenta por estos días en la capital, ha sido el centro de atención, ya no por sus piruetas, sino porque en la noche de ayer fue pintado contra su voluntad por grafiteros bogotanos que apenas dejaron sus ojos sin rayones.
El suceso no sólo ha despertado la indignación de sus compañeros de circo, sino de los colectivos animalistas que han visto el acto como un ultraje al animal y una muestra de irrespeto a la naturaleza.
Otra opinión tiene «Pax», líder de la comunidad de grafiteros, que no ve nada de malo en llenar de pintura a un animal.
«No, que va, el graffiti es parte de la ciudad, es cultura. Nosotros liberamos la ciudad de la monotonía del color plano, papi. Apréndaselo: muros blancos mentes vacías, espíritus borregos. Y al elefente ese, lo liberamos del color tan aburrido que tenía, lo volvimos parte de la ciudad caótica y rayada, parte de la cultura urbana, parte del cemento que es nuestro lienzo y que al llenarlo de magia multicromática nos permite celebrar día a día la diversidad, el poder transformador del arte, marginal, resistente. Antes deberían agradecernos que casi no le pusimos ‘tags’ y que las plantas de los pies no se las pudimos rayar. Antes eso era un elefante, ahora es un elegante (risas). Espero que no se nos tiren las ‘vueltas’ lavando a ese man porque siempre fuetrabajo de toda una noche».
El colectivo animalista Gustavo Petro Urrego, también expresó su indignación ante este hecho y ya está organizando una acción directa en San Antero, Córdoba, donde no permitirán ni un sólo burro pintado este año.
Entre tanto, y a pesar del abuso al que fue sometido, Bashir seguirá haciendo su show en el circo la próxima semana cuando sea lavado y pintado nuevamente con 2 manos de pintura antigraffiti.
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