Tras conocerse la nueva directiva del alcalde Peñalosa sobre la prohibición al grafiti, la recién creada Secretaría de Estilo y Decoración Interior del Distrito explicó la forma en que se reglamentará el arte urbano en la capital. La principal disposición tiene que ver con la invitación a los grupos poblacionales seguidores de la cultura hip-hop que suelen recurrir al grafiti para hacer presencia territorial a que la sustituyan por la micción.
«No estamos en contra del arte urbano, sino que creemos que el grafiti deteriora el paisaje. Si queremos ser la ciudad menos grafiteada del mundo en desarrollo, tenemos que empezar por algo»manifestó Maca Schwartz-Malo, vocera de la mencionada entidad mientras se lavaba los dientes.
La medida no fue bien recibida por académicos que ven la medida como «un atropello a la diversidad epistemológica de las artes del estado naciente en rebeldía contra un establecimiento empecinado en la asepsia urbanoideológica que unifica fachadas y mentes. El grafitti que para algunos es un simple rayón, para los jóvenes en condición de tribalidad cultural e hibridación emergente es una forma de marcar territorios simbólicos. Sin sus grafitis se podrían extraviar y no encontrarían el camino de regreso a sus hogares.»
«Pochacco» y «Pecazz» voceros de la comunidad grafitera manifestaron al respecto: «Que va papi, si nos dañan las vueltas perdemos el territorio papi. Ese alcalde amargo no existe, perru (sic)»
«No somos un gobierno represor. Si los jóvenes grafiteros necesitan marcar su territorio, pueden usar sus orines como cualquier otro mamífero. Y para que no se pierdan de regreso a casa, pues reforzaremos la señalización de las calles», sentenció Schwartz.