Publicado el por en Tecnología, Tendencias.

Jóvenes de todo el planeta en situación de alternatividad singular, más conocidos como ‘hipsters’, están abandonando de manera masiva la red social Instagram.

Lo hacen atraídos por la posibilidad de reunirse para intercambiar álbumes con sus fotos más recientes. Estas en su mayoría registran felinos, menús ricos en quinoa de restaurantes terminados en ‘ía’ y melancólicos aterdeceres en Brooklyn.

Aseguran que Instagram ‘se perrateó’ definitivamente. No toleran que en ella tengan ya actividad intensa ‘los de comercial, jurídica y contabilidad’ e insisten en que la debacle comenzó en el instante mismo en el que el primer usuario decidió subir a esta red una imagen de una ecografía de un útero.

Pero el ánimo de vanguardia va más allá de la experimentación con el nuevo formato de vivencias carne y hueso mediante y posibles gracias a las maravillas de la tecnología análoga. Poco a poco están comenzando a abandonar los registros mencionados de felinares; espejos de baño empañados y sin embargo sugerentes; y calles poco exploradas y con discreto encanto de Barcelona por otros más tradicionales como parejas siendo bendecidas por el sacerdote, fotos oficiales de los miembros de la empresa y familias posando en orden signado por los cánones heteropatriarcales frente a altares de la patria, tendencia ‘cero, cero mainstream’.

Comentarios

Comentarios