Descubrir nuevos sitios turísticos es cada vez es más complicado. Y es que el viajero de hoy, de espíritu libre e insaciables ganas de devorarse el mundo, se ve cada vez menos sorprendido por los destinos o los lugares disponibles para el turismo alternativo o de aventura. Conscientes de este vacío, que es una inmejorable oportunidad de negocio, las Farc han decidido poner a disposición de este tipo de viajeros sus campamentos en el país mientras se define la suerte del proceso de paz.
La decisión tiene el doble propósito de seguir sumando simpatías entre el público foráneo, muy susceptible de ver a esta organización como románticos luchadores por el bienestar de un pueblo oprimido por una élite cuasi-colonial, algo así como unos robin-hood contemporáneos, y procurarse recursos para el sostenimiento de la tropa, dado que en este tiempo la organización ha decidido suspender sus actividades de extorsión, narcotráfico y explotación ilegal de recursos naturales.
«Queremos informar que hoy se abre por medio del servicio burgués de hospedaje virtual Airbnb, el nuevo servicio de cómodos campamentos para vivir la experiencia FARC en carne propia… Esperamos que nuestros visitantes logren tener todo lo que esperan de experiencia de inmersión en la vida guerrillera, tal y como la viven desde hace más de cincuenta años nuestros combatientes sumergidos en la manigua y así logremos no solo brindar una experiencia única sino posicionarnos como líderes en el mercado turístico con enfoque político y social».
Esta iniciativa se suma a otra revelada este año que pretende, en caso de que se concrete su reincorporación a la vida civil, dejar un campamento en condiciones operativas para atraer grupos de turistas norteamericanos y europeos, preferiblemente de colegios.
