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Un curioso e inquietante fenómeno viene tomando fuerza entre los jóvenes colombianos de las principales ciudades. Cada vez son más los casos de adolescentes que abandonan la educación formal para ingresar a escuelas no autorizadas de acento argentino. Ya son 12 los establecimientos educativos ilegales de este tipo sellados en el último semestre por la Policía en asocio con el Ministerio de Educación.

«Vea: uno se mata sacando el bachillerato, después sufre lo indecible para el pregrado, luego que la maestría y hasta algunos hacen doctorado y todo para qué, para que no consigan camello. Se inventan mil excusas, pero es porque no son argentinos. En cambio llega cualquiera de allá y se le van es abriendo de patas», aseguró uno de los que ha optado por esta vía y que pidió preservar su anonimato.

«No puedo tapar el sol con un dedo. El acento argentino definitivamente es un plus en sectores como el mercadeo, la publicidad, el coaching, los medios de comunicación y, sobre todo, el fútbol profesional», asegura Elvira Casas, de la empresa cazatalentos Brilliants International, con sede en más de 150 países. «Tiene un charm que enamora, además es muy aspiracional».

«Otra vez la maldita cultura del atajo», atinó a decir el excandidato presidencial Antanas Mockus antes de romper en llanto.

«Los resultados de la ofensiva contra estos inescrupulosos mercaderes de sueños y targets han sido muy alentadores. Ahora vamos por las de acento español, que es la nueva cara de este flagelo», aseguró, por su parte, un alto funcionario del Ministerio del ramo.

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