Una grata sorpresa se llevarán los turistas que a partir del próximo lunes visiten el monumento más famoso de la capital francesa. Desde la caída de la noche hasta el amanecer, la Torre Eiffel estará decorada con el rostro del conocido conferencista y promotor internacional de buses articulados y en varias ocasiones alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. La imagen del urbanista neoyorquino ocupará toda la fachada de la estructura, un total de 200.000 metros cuadrados.
No es la primera vez que «la dama de hierro» abandona su tradicional iluminación amarillo cobrizo. En el 2004 se vistió de rojo para celebrar el año nuevo chino y en el 2008 se de azul para conmemorar la presidencia francesa de la Unión Europea. Durante la COP21, sus veinte mil lámparas tomaron el color verde para sensibilizar el público al ahorro de energía y la lucha contra el cambio climático.
Las más recientes ocasiones sin embargo no han sido motivadas por eventos festivos sino como expresión de solidaridad. La Torre Eiffel fue adornada con los colores de la bandera francesa luego de los atentados de París, belga luego de los atentados de Bruselas y de color rosado para apoyar la lucha contra el cáncer.
Esta será sin embargo la primera vez que el monumento tendrá el rostro de una persona en particular. De nuevo fue la solidaridad la que llevó a las autoridades de la capital francesa a tomar esta decisión
«Nuestra ciudad siempre se ha caracterizado por ponerse del lado de los oprimidos, de los relegados y los incomprendidos» explica, en fluido español, Anne Hidalgo, alcaldesa mayor del municipio de París. «La reciente edición de la revista Semana, nos convenció de que monsieur Peñalosa es todo un símbolo de los visionarios incomprendidos, los utopistas víctimas de la indiferencia, los adelantados a su tiempo que sueñan y luchan por llegar hasta el límite de los ideales. Con este gesto queremos llamar la atención para que el mundo se entere del dramático caso de este quijotesco urbanista al que su propio pueblo parece no querer comprender».
La inauguración de la nueva iluminación temporal de la Torre Eiffel será también la ocasión para anunciar nueves proyectos que serán llevados a cabo en la Ciudad Luz inspirados por el hombre al que Le Figaro, L’Inmonde y Libération han descrito como «El (incomprendido) Barón Haussman de los altiplanos andinos».
Las medidas incluyen remplazar doce de las catorce líneas del metro por troncales de buses articulados, conservando sólo las dos líneas elevadas. Además se sacrificaran los axolots del Jardin des Plantes, por temor a que entren en el ecosistema y acaben devorando a las ratas y palomas de los parques públicos y se procederá a la urbanización por parte de promotores privados de los bosques de Boulogne y Vincennes en las afueras de la capital.
«Ese es un espacio que está desperdiciado» confirmó la alcaldesa «Peñalosa nos ha convencido que esos dos bosques son solamente des potrères.
Filemón de Sausage, corresponsal en París.
