Insistentes rumores que han circulado por estos días apuntarían a que el presidente del país más poderoso del mundo afronta una grave crisis conyugal. La publicación National Enquirer ha dicho que la crisis en su relación con Michelle se debería a una serie de capítulos de infidelidad por parte de Barack que la primera dama habría descubierto en las últimas semanas.
Pero nuevas fuentes de la entraña de la oficina oval desmienten lo anterior y apuntan a otra causa un poco más banal, pero no menos importante: Bo, el carismático perro de aguas portugués de la familia presidencial.
Al parecer, de un tiempo para atrás, el hombre más poderoso del mundo se ha tornado irrascible en su trato con la criatura siempre y cuando no haya o una cámara o un miembro de su familia cerca. Michelle venía sospechando de esto, pero no tenía prueba alguna hasta el pasado 14 de diciembre cuando irrumpió en una oficina de la Casa Blanca desde donde se monitorean todas las cámaras de seguridad. Y ahí fue troya. Quiso el destino que justo en ese momento Barack estuviera reprendiendo al canino luego de haber hecho sus necesidades en plena oficina oval y de la peor forma.
Todo apunta a que dos cosas colmaron la paciencia y despertaron la ira de Michelle. Una, las palabras utilizadas por su marido para reprender a la mascota, que en castellano serían algo así como «aahh vida regular, otra vez este mugroso». La otra, el haber recurrido, sin pensarlo, al ejemplar del Washington Post que tenía a la mano, el cual enrolló para luego azotar a Bo en su tren trasero.
En especial esto último perturbó a la primera dama pues implicó además echar por la borda el largo trabajo que venía desempeñando con el animal el popular experto César Millán. Se comenta que este, al saber que su pupilo había sido tratado de «mugroso» además de agredido y nada menos que por el presidente de Estados Unidos, rompió en inconsolable llanto.
Se ha dicho, por último, que lo único que podría resolver el grave impasse sería un acto contrición por parte Obama en alocución oficial a través de los canales de televisión, petición de su esposa que este considera además de absurda lesiva para la legitimidad de la figura del primer mandatario.
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