En las últimas horas, la esposa del expresidente Uribe declaró encontrarse en actitud de resistencia civil, como manera de ponerle un tatequieto a algunos comportamientos de su esposo. En exclusiva para AP la señora Moreno brindó las siguientes declaraciones:
«Yo amo a Alvarito, él es mi sol, mi chiquitín berraco, pero últimamente me está realmente sacando de casillas. Duerme muy poco, y cuando lo hace patea y todo el tiempo se mueve y ahora habla dormido (…) para colmo lo único que se le entiende es far, far, o vuélense pa la USA (…) me la paso trasnochada».
La ex primera dama se refirió al comportamiento errático de su esposo como algo preocupante y en sus propias palabras anotó que: «es un poco agotador recoger por toda la casa fotos de Santos rayadas con esfero y llenas de huecos (…) es muy duro, últimamente ha estado más gritón que de costumbre, y cuando yo le hago un justo reclamo por que deja tirada la pijama en el baño o no se reporta cuando está con sus amigotes del CD, me responde con dos piedras en la mano y me grita que es persecución política de mi parte, ¡¡que tal!! Es que ya ni hace yoga, se la pasa es tuiteando y le grita hasta a su celular cuando estamos comiendo».
«Tal vez es la crisis de la edad, pero Álvaro no es el mismo de antes, cuando era presidente uno lo veía tranquilo ordenando operativos, ni siquiera cuando tuvo que repartir un montón de notarías para reelegirse se le veía tan estresado. Con decirle que que días se intentó tomar un tinto sobre su caballo y se le regó todo, y como se quemó la mano, entonces la agarró conmigo y no me habló varios días, como si yo tuviera la culpa (…) Lo que rebosó la copa fue que yo le dije que me iba a declarar en resistencia civil por su mal genio y que me iba a dormir en otra cama y que se olvidara de que iba a seguir lavándole la bacinilla. Y lo que hizo fue copiarse de mi idea y decir en Caracol que se declaraba en resistencia civil al proceso de paz, no hay derecho».
Lina Moreno cerró la entrevista enviando un mensaje a todas las esposas que tienen problemas con sus esposos cascarrabias para que «unan fuerzas y resistan. Ni un bizcocho del inodoro salpicado más, ni un ceño fruncido al almuerzo más, NO MÁS», enfatizó.
Agatón Palmera, corresponsal