«Cinco locomotoras a vapor, de rodaje 2.8-2 aptas para ancho de vía de 914 milímetros o una yarda, marca Baldwin, con un peso de 60 toneladas y 26.300 libras de tracción fabricadas en 1927 y repotenciadas en 2010 para ser utilizadas con el propósito de jalonar caduco modelo de desarrollo» fueron la sorpresa con la que se encontraron quienes, en busca de un ‘gangazo’, a diario revisan los bienes que distintos juzgados y entidades del país sacan a remate. En este caso, la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI.
Dado su mayor grado de deterioro, las de referencia «Agricultura e Innovación» aparecen con un precio base de menor valor.
Al indagar por el estado de las máquinas y sus antecedentes de uso inmediatos mediante derecho de petición, este portal recibió esta información: «valor del bien cotizado a partir de componentes metálicos estructurales dado dictamen de peritos sobre fallas irreversibles en componente mecánico-motriz. Dictamen atribuye a escasos conocimientos de operarios a cargo y uso no autorizado por fabricante con fines de intentar arrastrar cuesta arriba lastre de imagen negativa de gobernante en condiciones de exigente pendiente superior a 12%».
Dicho en otras palabras el poco valor que aun conservan radica en, dicho coloquialmente, ‘sus latas’, las cuales pueden ser atractivas para quienes se dedican al negocio de la chatarra. Y es que, aunque inicialmente fueron concebidas para halar un tren de desarrollo, sus motores terminaron fundid0s y, en consecuencia, inutilizables e irrecuperables por haber sido destinadas a fines meramente promocionales de la imagen del Gobierno y, además, en manos de operarios no calificados.
Además de los comerciantes de chatarra habrían mostrado interés en participar en el remate una nación africana en la que próximamente tendrá lugar una contienda electoral y miembros del partido Centro Democrático quienes han considerado que estas, junto con un martillo gigante de bola, serían un excelente regalo -y terapéutico además- para el cumpleaños de su líder, el expresidente Álvaro Uribe, el próximo 4 de julio.
