Durante su visita a Bogotá, el galardonado escritor y periodista chino Jia Xinwen pidió a los colombianos «reflexionar sobre el impacto del idioma en las relaciones entre las naciones» y cambiar la arraigada costumbre de referirse despectivamente a los niños como «chinos».
En un evento de lectura de poemas en la embajada de la República Popular China en Colombia, Xinwen, visiblemente molesto, dijo que se encontraba «sorprendido de la persistencia de estereotipos racistas en un país hermoso como Colombia. Sabemos que no hay una mala intención, pero desconocen el impacto negativo de usar el gentilicio chino para hablar de niños traviesos o indisciplinados. No es tan difícil ponerse en nuestro lugar».
Según el historiador Antonio Celis, el origen de el uso de esta palabra viene de la época colonial, por los rasgos de los indígenas del altiplano, similares a los de los orientales. «Por acuarelas y diarios de la época sabemos que los conquistadores regañaban a los niños nativos llamándolos ‘chino cochino’ o ‘quite, chino’, debido a que la característica de ojos rasgados se marca mucho más en la infancia».
Esta palabra se ha mantenido, especialmente en Bogotá, donde los cachacos adaptaron un uso más amistoso, como «chinito querido» o «china consentida». Sin embargo, para muchos asiáticos esta palabra sigue siendo inaceptable.
«Insisto, pónganse en nuestro lugar. No es grato ver el nombre de un gran país como la China usado incorrectamente. Imaginen que ustedes viajaran a la China y descubrieran que a los niños los regañan diciendo ‘este colombiano pendejo’, seguido de un golpe en la frente o la nuca», manifestó, indignado, el escritor.
Los colombianos que asistieron al evento ofrecieron sus disculpas y explicaron que nunca habían pensado en este asunto. Se espera un comunicado de la Cancillería en las próximas horas.