Por fin trascendió la razón de la demora del Manchester United en anunciar el fichaje del volante James Rodríguez: la decisión de su técnico, el temperamental portugués José Mourinho, de esperar una caída en la tarifa dinámica del jugador.
James, como es bien conocido, se inscribió al comenzar su carrera en el programa de tarifa dinámica de la Fifa que buscaba marcar un antes y un después en el mundo de las transferencias. Una iniciativa piloto que con el tiempo ha perdido fuerza, pero a la que sigue atado el nacido en Cúcuta.
«Cada vez que Zidane lo pone contra un Alavés o un Granada de esos, por cuenta del algoritmo, la tarifa sube. Igual cuando hace gol o pistola a una cámara, el valor es idéntico en esos dos casos. Escándalos relacionados con normatividad vial y aparición en portadas de revistas de su pareja también terminan afectando el valor de la misma, dado que son conductas relacionadas con súper estrellas», explica un conocedor de la lógica detrás de este sistema de valoración de talento.
La mala noticia es que al trascender que James está sujeto a tarifa dinámica fue inmediatamente declarado objetivo militar por el frente Hugo Ospina del servicio tradicional de transporte individual de pasajeros la capital de su país natal.
Al parecer su segura ausencia en la final de la Champions League y una invitación que tiene agendada para el programa Pregunta Yamid en junio desplomarán su cotización y entonces «Mou» golpeará dos veces sobre la opción comprar.