El espinoso asunto de las escuchas ilegales en Colombia antes que quedar atrás cada día arroja nuevas y preocupantes revelaciones. Cuando los colombianos no salían de la sorpresa que les produjo saber que hasta el presidente Juan Manuel Santos fue víctima de estas prácticas, una nuevo hallazgo en este sentido promete dar mucho de que hablar: el celular de José Néstor Pekerman, argentino que hizo realidad el sueño tantas veces aplazado de ver a Colombia otra vez en un Mundial también fue monitoreado.
Son varias horas de material y a él tuvo acceso exclusivo este medio. Y hay de todo. En una de ellas, por ejemplo, utiliza términos desobligantes para referirse a la secretaria de la Federación, que le rechazó los papeles del contrato porque la fotocopia del pasaporte no estaba ampliada al 150 por ciento, razón por la que sus primeros sueldos se demoraron más de la cuenta en llegar a su cuenta bancaria. Y no fue el único obstáculo. En esta misma cinta más adelante exclama «¡la concha de tu madre RUT de mierda, tercera vez que me lo hacen renovar en un mes!»
En otra comunicación, discute con su asistente, Patricio Camps, la posiblidad de recomendarle al siempre temperamental Teofilo Gutiérrez, conseguirse un cachorro que lo acompañe en Buenos Aires, ciudad de su actual equipo: Racing de Avellaneda. Esto por consejo de un amigo en común que es sicólogo. La idea era que el barranquillero tuviera una ocupación cotidiana adicional y, sobre todo, que le pudiera transmitir afecto a alguien que no lo metiera en líos y así tratar de moderar ciertos desbalances que muestra en este campo.
Como nota divertida, se encuentra una confesión que le hace al mismo Camps en el sentido de que siente estar desarrollando una extraña fobia hacia el tupido bigote de Luis Bedoya, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol. En el diálogo, Camps se burla de su jefe, pero sobre todo amigo, y le hace caer en la cuenta de que tendrá que trabajar este asunto con un siquiatra, pues el que el seleccionador nacional le pida al directivo el favor de afeitárselo no solo tendría un no rotundo como segura respuesta sino que daría lugar a todo tipo de habladurías que podrían ser factor de distracción justo cuando esta más se necesita si lo que se quiere es cumplir un digno papel en Brasil 2014.
Sorprende así mismo una conversación horas antes del partido contra Chile en Barranquilla en la que los padres del controvertido lateral Estefan Medina, con el teléfono en altavoz, le suplican al estratega gaucho no alinear a su hijo. Argumentan que están cansados del matoneo, le plantean en tono hostil que si la senadora defensora de la niñez Gilma Jiménez estuviera todavía entre nosotros lo acusarían con ella y le sugieren que si lo de alinear a un niño es obligación del ICBF que piense más bien en Sherman Cárdenas.
Incómodo fue también para el DT la idea del departamento de recursos humanos de la Fedefútbol de jugar el tradicional «amigo secreto» en septiembre, según se desprende de otra conversación esta vez con un interlocutor no identificado. Aquí Pekerman deja entrever su inconformidad, asegura que lo obligaron para no parecer aguafiestas y se queja porque le salió Macnely Torres y la endulzada le está descuadrando las cuentas del mes, en tanto tenía que mandarle todos los días un detalle a Arabia vía DHL.
Pero sin duda, la interceptación que más revuelo va a causar es aquella en la que trata de convencer, sin éxito, al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, de que las mafias de la contratación nada tuvieron que ver en la lesión de Falcao.
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