«Estábamos preparados para todo menos para esto, de verdad no sabemos qué hacer»; aseguran José Linares y Edilma Porras, padres del pequeño Julián, de apenas once años, que este domingo en el almuerzo familiar les confesó ser fiel seguidor del presidente Juan Manuel Santos y de sus ideas.
«Uno siempre quiere lo mejor para sus hijos, y cree tener todas las herramientas para responder a las decisiones que ellos toman. Nosotros a Juli le hemos dado plena libertad, hemos querido que sea autónomo y le hemos respetado todo, pero esto es muy duro, estamos francamente desconcertados», afirma José.
«Sobre todo en lo de la sexualidad, porque en el colegio nos han hablado mucho de eso en los talleres de padres, hemos sido francos y abiertos y le hemos dicho que cualquiera sea su opción se la respetaremos. En política le habíamos dicho que lo queríamos tanto que hasta estaríamos dispuestos a aceptar que fuera uribista, como una muestra de amor paternal, pero con este cuento del santismo sí la verdad nos agarró fuera de base», complementó Edilma. «Yo empecé a sospechar cuando en la casa dejó de rendir la mermelada».
«Lo que pasa es que uno lo último que quiere es ver sufrir a su hijo, ¿sí me entiende? Que sea grande y todos sus amigos que uribistas, que izquierdistas, que petristas, que de las juventudes galatistas, que verdes y él ahí todo solo, aislado, incomprendido ¿dónde diablos, dígame, va a conseguir otro santista con quién interactuar, compartir sus ideas y posiciones con lo importante que es a esa edad tener un grupo de gente que piensa como uno? Le tocaría con los hijos de Santos, pero ya para entonces ellos habrán crecido y, además, Julián no sabe todavía hablar inglés bien», explicó José. «Solo falta que nos salga ahora con que quiere ser hincha de la Equidad».
Aseguran que Julián está muy joven y que cuando sea adulto va a pasar ratos muy amargos pues es muy probable que crean que es un anacrónico seguidor de Eduardo Santos, porque ¿quién se va a acordar en veinte años de Juan Manuel? y le piden al presidente que por lo menos le conceda la Alta consejería para la niñez anómala y precoz.
