Publicado el por en Coronavirus, Tendencias.

Un extraño comportamiento en niños y niñas que han permanecido más de un año encerrados en sus hogares tiene preocupados a padres y autoridades.

Ya son cerca de una decena los casos de menores descubiertos entre el estudiantado de los colegios caninos que ahora abundan en Bogotá. Para ello estarían encargando bien elaborados disfraces por Internet a espaldas de sus acudientes.

«Yo destacaría el ingenio, pero me quedo más con lo preocupante. Todos los casos coinciden en que durante meses los niños veían con tristeza cómo la ruta recogía a su mascota y no a ellos, que debían permanecer en la casa, pegados a una pantalla. Les afectaba mucho ver como el perrito llegaba por la tarde cansado y llena de anécdotas de lo vivido con sus pares caninos en colegios generalmente ubicados en zona rural, con espacios abiertos y aire puro», asegura un experto en salud mental que pidió reserva de su identidad.

«Uno de los testimonios me llamó la atención porque el niño dice que decidió lo del disfraz como recurso desesperado cuando vio que las galletas que tenía para su lonchera se las estaba echando a la del perro, ‘porque se me van a vencer y usted todavía no va a volver'».

Pero sin duda el caso que más llama la atención es el del menor que quedó en evidencia cuando se mencionó su colegio de humano y no el canino cuando un pastor alemán le preguntó en pleno parque EL Virrey ‘y tú de qué colegio eres’, interrogante cada vez más frecuente entre perros bien de Bogotá.

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