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En medio del escándalo por las supuestas letras misóginas y machistas de la canción «Cuatro Babys», denunciadas por el Huffington Post, el cantante Maluma nos permitió entrevistarlo en exclusiva en su lujoso piso en Madrid.

Le preguntamos por las críticas que ha recibido. «Si criticaron los éxitos musicales de Jesucristo, ¿por qué te sorprendes cuando hablan de ti? Si yo fuera tan machista, explícame por qué la mayoría de mi público son madres solteras entre 12 y 16 años», contestó, mientras levanta los pies para que una de las cuatro empleadas domésticas que lo acompañan en el apartamento pasa la aspiradora cerca al sofá.

«Nómbrame una sola canción que no sea ofensiva, estamos en una era de hipersensibilizacionamiento (sic), ¿será que cuando mis abuelos escucharon Campesina Santandereana y ‘es el temblor de tus senos’ armaron semejante escándalo?», argumenta el cantante y jurado de La Voz Sexy Teens en España. Mientras continúa la entrevista, Maluma tira contra la pared los huevos fritos que acaba de traernos otra empleada, una señora de alrededor de 50 años, pelirroja. «Te dije que quería la yema en el centro, cabezae’incendio, llama a Cotorra para que la recoja». Cotorra debe ser la otra empleada, una anciana que tiene que ordenar las pesas del gimnasio de Maluma.

«La culpa de las letras es del compositor, no mía, yo no escribí esa letra. Es más, yo ni siquiera la había leído antes de cantarla. Por mí fuera, cantaba pura música gozquel (sic) de iglesia, pero esto es lo que me pide el Manager», confiesa, sin sonrojarse, el tenor. «Te cuento una cosa para que veás cómo es este negocio. Yo en un principio me llamaba Buenuma y cantaba puros canticuentos, que Sammy el Heladero, que el Negro Cirilo, tú sabes, pero el Manager me dijo: ‘No seás huevón, ponete Maluma que eso es lo que le gusta a las hembras’ y pues tenía razón».

Nos llama la atención la cantidad de empleadas domésticas en el apartamento y, antes de terminar, no podemos evitar preguntarle por ellas. «Son de varias nacionalidades. Dos son casadas. Hay una soltera. La otra medio psico y si no la llamo se desespera. Si una se pone rabiosa, la otra se pone contenta. En todo caso, lo más importante es que son honradas», puntualiza mientras riega el contenido de un cenicero en el piso.

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