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Gran revuelo causó un video en el que el Papa Francisco retiraba velozmente la mano ante unos supuestos feligreses. Fuentes del Vaticano han aclarado que no se trata de un desplante del Santo Padre sino de un ejercicio previo a su participación en la final del campeonato de Manitas Calientes interieclesial-ecuménico.

La final, en la que Francisco terminó ganando «con la ayuda de Dios», se disputó en Loreto, Italia, frente a feligreses de todo el mundo. El subcampeón fue Aldo Piccolini, un monaguillo de 17 años que viajó desde Florencia luego de derrotar a sus competidores en las semifinales. Sin embargo, no pudo competir con la asombrosa velocidad del Sumo Pontífice para esquivar los manotazos.

El juego de manitas calientes es muy popular entre laicos y  sacerdotes y consiste en lograr palmotear la mano del rival antes de que la quite. Cada golpe acertado añade un punto al marcador, mientras que quitar la mano antes de un movimiento hace perder el turno. La concentración necesaria para ganar es un reflejo de la conexión con Dios.

La confusión por la falta de contexto del video provocó molestia entre quienes pensaron que el Papa no quería dejar besar el anillo papal para no contaminarse la mano con bacterias de quienes lo saludaban y hasta se especuló que se quería evitar un nuevo intento de raponazo.

El juego fue transmitido por ESPN+ y Vatican News, y será presentado en diferido en Colombia por Cristo Visión ante la reticencia de Tele Amiga a prestarse ‘para tamaña vagabundería’.

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