Varios testimonios confirman lo que al comienzo era un rumor en los pasillos del capitolio: parlamentarios de los que poco figuran estarían inventándose nexos con grupos armados ilegales para ser tenidos en cuenta por la prensa.
Todo comenzó cuando a las salas de redacción de los principales medios del país -incluída, por supuesto, AP- comenzaron a llegar anónimos con pruebas de todo tipo relacionando congresistas de bajo perfil con grupos armados ilegales.
«Sí, es cierto. A mí no más la semana pasada me llegó el acta de una reunión del frente «Héroes de Cajanal» de las AUC a la que habría ido un representante del Vichada que, la verdad, nunca había oído nombrar», afirmó un curtido reportero que desde hace varios años cubre el congreso. «A mí me llegó una foto de un senador nuevo, que pocos conocen dizque abrazado con Romaña, pero era muy evidente el Photoshop», afirmó otro comunicador. «Uno hasta falsificó un acta de una reunión del Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol para que quedara constancia de que él estuvo ahí», ese fue el más pasado, añadió.
Al parecer, esto haría parte de una estrategia que muchos estarían adoptando mediante la cual sus propios equipos de prensa estarían filtrando dicho material solamente para generar escándalo y, de esa forma, lograr que el nombre del senador o representante tenga alguna figuración.
Todo apunta a que personajes inescrupulosos estarían ofreciendo diferentes paquetes a los legisladores con toda suerte de evidencia incriminante falsa que va desde grabaciones de llamadas hasta videos pasando por libros de contabilidad supuestamente incautados a uno de tantos jefes de finanzas que a diario caen en poder de las autoridades.
«Es la única manera de ser alguien acá, ya quisiera uno tener el rabo de paja de los que fueron amigos de Mancuso o de Tirofijo, pero uno es humilde, nunca fue de la ‘jai’ que era a los únicos a los que el secretariado o los paracos le paraban bolas, entonces pues toca rebuscárselas, así es la política», afirmó a AP un senador con la condición de no revelar su identidad.
Por último, trascendió que los congresistas que sí tuvieron vínculos reales con estas organizaciones habrían expresado su molestia a la presidencia del Senado, exigiendo «respeto por una trayectoria y amenazando con demostrar que esos nexos de sus colegas no son más que un burdo montaje».
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