En alerta se encuentran el Ministerio de Ambiente y Parques Nacionales al conocer que una horda de jóvenes en situación de desocupación extrema y obsesionados con el nuevo juego Pokemon Go, se internó hace días en el parque natural de la cordillera de los Picachos con el fin de capturar un Pikachu, el raro Pokemon amarillo, difícil de capturar en el juego.
«Es una situación agridulce para nosotros», asegura Wilber Osorio, encargado del parque. «Al principio registramos con alegría que la juventud se hubiera interesado, de repente, en visitar nuestro parque. Pero luego descubrimos que no era la fauna y flora lo que los entusiasmaba, sino que creyeron que en la cordillera, por llamarse Los Picachos, encontrarían a ese verraco piolín»(sic) dice el guardaparque cuyo celular referencia «flecha» no le permite descargar el juego.
Los más de 35 jóvenes ya han causado estragos en su travesía cuentan los expertos, acabando con más de 25 especies de plantas endémicas de la región y pisando varias lagartijas, sapos y elfos nativos que hoy en día se encuentran en peligro de extinción.
«Lo peor fue cuando los pelaos llegaron a la montaña y se les cayó la señal» cuenta Evert Mosquera, campesino de la región. «Armaron full loquera y empezaron a patear las matas y a hacer sus necesidades en las fuentes de agua que surten a la zona, lo cual tiene preocupada a la comunidad».
Mientras tanto, Parques Nacionales ha invitado a los jóvenes a informarse un poco más y a no dejarse seducir por planes turísticos ficticios para capturar Pokemones que no existen. Asimismo, la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, ya tiene lista una demanda contra la entidad para que esta indemnice a los jóvenes con un Jigglypuff o un Snorlax y así evitar la destrucción de nuestro patrimonio natural.