No paran las noticias positivas para el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, por cuenta de su destacado desempeño en su segundo mandato. Hoy a las oficinas del Palacio de Lievano llegó un nuevo motivo de orgullo para el urbanista más exitoso de Colombia.
“Nos llegó esto de sorpresa y para nosotros es, por supuesto, todo un logro y fuente de una alegría indescriptible”, declaró Tatiana Silva, encargada del área de PR (Public Relations) de Liévano (así, a secas, más sexy, como se denomina ahora el antiguo Palacio Liévano, sede de la Alcaldía). “Esto demuestra que la férrea labor y el indeclinable compromiso que sigue teniendo está alcaldía con transformar la ciudad y el mundo es reconocido donde de verdad saben, no en ciudades subdesarrolladas donde Hollman Morris es líder de opinión”.
El reconocimiento en cuestión es nada menos que la nominación del burgomaestre al Premio Nobel de Física por su “teoría de la relevancia”, enunciada en días pasados cuando intentó explicar la nula fricción ética que produce el roce en un plano legal de un predio del Secretario de Planeación y el debate sobre el futuro de la Reserva Thomas van der Hammen.
Explica desde Suecia Annika Vansgür «para nosotros esto cambia todos los horizontes de la investigación y el conocimiento… Realmente esperamos seguir más a fondo todo esto y esperamos que la teoría nos lleve a comprobar, incluso, la irrelevancia en el espacio».
Por ahora el alcalde estaría preparando el viaje, dado que confía ciegamente en que será el ganador, y no niega el rumor según el cual la primera urbanización de la reserva se llamará «Recodo de Estocolmo».