Los colombianos no podríamos estar más orgullosos de nuestra selección. Una clasificación a cuartos de final de una Copa del Mundo, cuarto puesto en el ranking FIFA, jugador con más asistencias, botín de oro y, la cereza en el pastel, el premio al juego limpio.
Justamente este último galardón ha generado un pronunciamiento por parte del Alcalde de Bogotá Gustavo Petro, quien ayer aseguró que tal reconocimiento se consiguió gracias a su programa de gobierno “Bogotá Humana” y, sobre todo, a la cultura de respeto y solidaridad que este «ha sembrado en Bogotá, el país y el planeta».
Para que le fuera reconocida su cuota en el polémico alcalde decidió viajar a a Zúrich, ciudad sede de la FIFA. De hecho, fuentes cercanas nos confirmaron que pretendía recibir él mismo premio. Para su desdicha y sorpresa no se le permitió ingresar a las instalaciones del recinto, no por su extraña petición sino por llevar una prenda no oficial de la selección Colombia -su ya característica chaqueta- incurriendo así en una conducta que el ente rector de fútbol mundial no tolera en sus instalaciones. Como se sabe, la piratería ha golpeado fuertemente sus finanzas y las de sus aliados en los últimos años, llegando a reducir hasta en un 40% sus ingresos anuales.
Por horas el burgomaestre intentó infructuosamente de comunicarse con Joseph Blatter para que se le permitiera su ingreso, pero le fue imposible siquiera acercarse a la reja. Molesto, pronunció un discurso desde el balcón de su hotel ante desprevenidos transeúntes.
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