Publicado el por en Política, Tendencias.

Una ley promovida por el Centro Democrático y que fue aprobada a pupitrazo limpio el último día de la pasada legislatura promete generar una intensa polémica.

La norma pone fin al acto protocolario muy común en ceremonias de estado consistente en disparar una salva de 21 cañonazos y la cambia por tres disparos al aire «que deberá ejecutar el jefe de estado previa advertencia a su homólogo o dignatario objeto de honores de dar 3 (tres) pasos al costado ‘porque va a repartir candela'», según reza el texto publicado en el Diario Oficial.

Luego dice: «Tras accionar el gatillo será opcional de quien ocupe la primera magistratura exclamar ‘ejo hijueputa que queme gonorrea’, aunque se recomienda hacerlo así como el proceder a un brindis exprés con aguardiente añejo. Eso sí, inmediatamente, deberá recobrar la compostura y la dignidad a la que le obliga su cargo».

«Los cañonazos estaban saliendo muy caros y más en tiempo de austeridad con un gobierno derrochón. Además, proyectan la imagen de país antiguo, congelado en la edad media, algo que sin lugar a dudas espanta la inversión extranjera. Recordemos que esta tradición data del siglo 14», expresó, con rostro visiblemente molesto, el senador Alfredo Rangel, que respaldó el proyecto.

«Los últimos cañonazos que se dispararon en perímetro urbano, exceptuando aquellos de carácter eminentemente bailable, fueron los de la retoma del Palacio de Justicia. Es un recuerdo amargo, solo por eso el Partido Liberal respaldó la iniciativa»; complementó un representante a la cámara de dicha colectividad.

«La idea es que el protocolo sea algo vivo, conectado con la realidad sociocultural de un país. Y bueno, no tengo que explicarte el lugar que ocupan los tiros al aire como la más sincera, local, auténtica y desfachatada expresión de euforia de un colombiano de bien. Tal vez a los gringos que ahora son castrochavistas no les guste, tal vez afuera nos critiquen, pero deben entender que este es un país único, singular, ¿o es que quién se va a atrever a decirle algo al doctor Obama cuando en noviembre sale a dar una rueda de prensa conjunta con un pavo?», añadió una representante a la cámara del partido uribista, quien fue ponente de la iniciativa.

Según pudo establecer este medio, la aprobación de la ley, que, como dato curioso, obliga a utilizar el emblemático revolver de doña Bertha Hernández de Ospina, tiene muy molesto al presidente Juan Manuel Santos con su bancada parlamentaria de la Unidad Nacional. Ha dicho en privado que les metieron un golazo, y que la ley tiene un trasfondo político claro pues el país ya sabe que lo suyo es recibir y despedir, sobre todo despedir, con almendras, no con plomo.

También se le ha escuchado más de una vez a Santos exclamar: «qué oso, en serio qué oso, mejor meterle el cuento del Zika a los presidentes que van a venir este año para que cancelen, porque van a creer que esta es cualquier república bananera».

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