Publicado el por en Ambiente, Salud y bienestar.

Seguido al anuncio de la Superintendencia de Industria y Comercio de prohibir la venta de las minigelatinas por su alto riesgo de asfixia, el Ministerio de Ambiente acaba de expedir un decreto en el que ordena a las CAR de todo el país «la inmediata tala de cuanto árbol de mamoncillo se encuentre en pie en el territorio nacional».

«Si las gelatinas son peligrosas, ni hablar de las pepas de mamoncillo. Nuestra decisión no está respaldada no por tres míseros casos de dos años para acá, sino por miles que datan desde tiempos de la colonia», aseguró un vocero del Ministerio.

«No me equivoco si le digo que las mamás le temen más a una ahogada, o peor, a una tapada bien brava por culpa de las pepas del mamoncillo que al sereno o a una torcedura por cambio repentino de temperatura, se trata de un agobio de siglos que ha golpeado duramente la calidad de vida de millones de padres de familia. Un temor que definitivamente no puede tener cabida en un país Justo, Moderno y Seguro», añadió una alta fuente de la Presidencia.

Al parecer, esta medida estaba en remojo desde hace varios años pero el intenso lobby de las farmacéuticas productoras de laxantes habría logrado mantener el decreto en el congelador.

Sectores ambientalistas ya la calificaron como un «arboricidio» y ordenaron a sus militantes para mañana a primera hora una besatón seguida de una fusión de almas y auras con estos individuos arbóreos para luego encadenarse a ellos. Por su parte, el Centro Democrático elevó una petición respetuosa para que el procedimiento sea realizado con motosierra para así «comenzar de una buena vez a desestigmatizar, mediante una acción que salvará vidas, a esta útil herramienta».

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