El pasado miércoles la DIAN sorprendió al pais con el anuncio de un nuevo impuesto a la fotocopia.
El gravamen que no fue consultado con nadie tiene previsto recaudar recursos que serán destinados a amortizar la deuda externa y abonarle a los costosos abogados que nos han defendido en el pleito contra Nicaragua en la CIJ, «que nos dejó en los rines», según una alta fuente de la Cancillería.
«Ningún país del mundo pide tantas fotocopias para tantas cosas como Colombia. Con esta medida desincentivamos la tramitomanía y al mismo tiempo recaudamos plata» afirma el director de la DIAN entre risas.
El gravamen tiene un componente extra: las ampliaciones tendrán un aumento del impuesto proporcional al tamaño de la ampliación, de tal forma que a una ampliación al 150% se le aumentará el impuesto en la misma proporción. En cuanto a las reducciones, estas no tendrán descuento por pequeñas que sean.
«La verdad es que hay que sacar plata de algún lado. Contemplamos opciones como gravar los automóviles de alta gama, pero sería un autogol y se perderían empleos en Italia y Alemania. También pensamos en un impuesto al ibuprofeno, pero sería un dolor de cabeza. El pastel gloria ya es un árbol de navidad tributario, así que la fotocopia era la única opción.»
El organismo recaudador también anunció un nuevo impuesto al sobre de manila, que se aplicará de manera gradual a partir de julio.
Las papelerías ya estaban al tanto de la noticia y han comenzado a traer amanuenses de los monasterios para copiar a mano documentos con máxima fidelidad todo por hacerle el quite a la medida.
«Porque nos preocupa el pueblo colombiano hemos dejado el laminado y plastificado exento de impuesto. Es un sacrificio que a largo plazo dará réditos. Sin embargo es probable que si el recaudo no es el esperado, tengamos que ponerle una sobretasa a los AZ y, lo más impopular pero necesario de llegar a ese extremo, un impuesto del 30% a las pollas del mundial. En ese caso, que Dios nos ampare» dijo el funcionario persignándose.
Las papelerías, fotocopiadoras y misceláneas tendrán que adaptarse a estas nuevas dinámicas de la economía mientras el estado paga un poco de la deuda externa. La noticia de emisión de bonos esta semana es en parte un anuncio de que aunque la economía está bien, estamos raspando la olla.
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