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juevespacenta

Se trata del mismo establecimiento que estuvo en el ojo del huracán el año pasado cuando organizó una rifa de una «pareja de campesinitos«. Ahora vuelve a ser motivo de controversia por su anuncio de que a partir de esta semana todos los jueves serán «jueves de placenta».

Como es bien sabido, cada vez es más extendida entre comunidades de clase alta con perfil místico la costumbre de darle a la placenta un destino distinto del que por años tuvo: la incineración en los sótanos de los hospitales. Ahora, dietas macrobioveganas y rituales pachamamísticos están avalando los beneficios de comer placenta como modo de conectar con cinco chakras principales, estar en consonancia con la era de Acuario y caminar tres centímetros arriba del piso.

Frente a la polémica, “Luna”, la propietaria del establecimiento se pronunció:  «Sabíamos que a algunos retrogrados no les iba a gustar. Pero a veeeer, que se queden ellos con sus taras y prejuicios y nos dejen a nosotros explorar nuestro ser astral. No es nuestra culpa que tengamos un núcleo de madres que en un acto de infinito amor cósmico nos hayan compartido parte de esta matriz de energía y luz -así llamamos a la placenta- para ponerla a disposición de todos aquellos que quieran ascender en su camino de iluminación. Pero obvio, como son pocas, entonces pues es escaso y eso sube su precio y de ahí que queramos ofrecer descuentos, no tiene nada de malo».

Hoy, este órgano efímero es utilizado como elemento ritual, alimento materno e incluso, abono orgánico para las plantas. Su ingesta y aplicación cutánea entre personas cercanas a la madre es una costumbre cada vez más extendida y tendría como propósito reafirmar lazos de unión que pretenden trascender hacia nuevos planos energéticos. Además, en palabras de la propietaria de este local: “Al ser un un alimento 100% libre de gluten, orgánico y desligado totalmente de cualquier tipo de maltrato animal, quienes lo ingieren adquieren automáticamente el camino moral libre de juzgar a otros que consumen alimentos menos amigables con el planeta”.

Al parecer, el local no sólo venderá la placenta cruda sino que también buscará explorar nuevas formas gastronómicas para seducir a sus clientes. A partir de la próxima semana comenzará a vender empanadas rellenas de quinua con placenta, placenta encebollada, placenta sudada y el tradicional mondongo de placenta.

«Luna» concluye informando que el producto y sus derivados cuentan con el aval del Invima, que ha supervisado y aprobado su procesamiento, el cual incluye un empaque al vacío. «Eso sí, por nada del mundo le vamos a meter conservantes y saborizantes, pon eso porfa en el artículo».

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